I
Por miedo a temblar frente a la ventana
Contigua de tu casa
Me hice blanca
Sigilosa criatura, de puntillas entraba el otoño
Los vidrios, sin embargo, insistían en prendarse
Así muero un poco cada día
Así enmudezco en el reloj
Vaivén de lo que dejo ir con la vista puesta al frente
La niebla cubre los queltehues que se te escapan de los ojos
II
Ciertas noches esperan mis antepasadas
Zurciendo el corazón junto a un bolero
Nos gusta sentarnos a un lado del fuego las vivas y las muertas
Llorar un poco sin que nadie se dé cuenta
Damos vuelta las espinas dorsales de la leña
Con aguardiente maceramos la fugacidad de los frutos
Que el hombre nos dio a pedir de boca
Jugamos a ser jóvenes en la conversación de delantales
Floridos como locura encerrada
Hilvanamos nuestras horas
Para que el dolor se afirme hombro con hombro
Para que la imposibilidad ande a pie descalzo
El patio insomne de nuestra casa